Escultura de Zurbarán.
La Plaza de Cervantes,
mejor conocida como Plaza de San Andrés se ubica en la ciudad de Badajoz.
También es conocida
tradicionalmente como “La Plaza de las Tres Mentiras” ya que aunque
oficialmente es la Plaza de Cervantes, tiene una estatua de Zurbarán pero en
toda la ciudad se la conoce como Plaza San Andrés. Esto por la parroquia
(Iglesia de San Andrés) que ocupaba el espacio desde el siglo XIII. La plaza el
solar de la antigua iglesia de San Andrés.
El suelo de la plaza está revestido con un bellísimo adoquinado al estilo portugués con motivos geométricos. Este pavimento es blanco y negro colocado en estrella , elaborado en 1888.
En el centro se
encuentra la ya mencionada escultura del pintor Zurbarán de 1930 creada por
Aurelio Cabrera.
La estatua central realizada por Aurelio Cabrera y se colocó en 1.932.
Dibujo de la escultura. La escultura fue sufragada por suscripción popular.
La escultura se levanta sobre un gran pedestal de mármol que realizó el
marmolista Ángel Zoido.
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Escultor
Aurelio Cabrera Gallardo
Nace en Alburquerque, provincia de Badajoz, 16 de enero de 1870, falleció en Toledo el 26 de noviembre de 1936, a los 66 años de edad.
Fue escultor, profesor, ilustrador y arqueólogo español,
más conocido como autor de numerosos monumentos conmemorativos.
De familia muy humilde, gracias a las notables dotes
naturales que el joven muestra para la práctica artística, recibe inicialmente
una pequeña ayuda del Ayuntamiento de Alburquerque, lo que le permite
matricularse en la Academia Municipal de Dibujo y Pintura de Badajoz, en la que
toma clases del pintor pacense del momento y fundador del centro Felipe Checa.
En 1896, es pensionado por Francisco Fernández Marquesta, conde de la Torre del
Fresno, prosiguiendo sus estudios en la Escuela Especial de Pintura, Escultura
y Grabado de Madrid.
En 1899 oposita a una pensión en la Academia Española de
Bellas Artes en Roma, aunque no obtuvo la plaza. Ese mismo año comienza su
prolongada relación con las exposiciones nacionales de Bellas Artes: en 1899
consigue Tercera Medalla en la sección de Escultura, por su obra Fecial; repite
el mismo galardón en 1901 con San Sebastián asaeteado; en 1904 participa con
seis obras, y en el certamen de 1906 obtiene mención honorífica en la sección
de Arte Decorativo, por su relieve a la poetisa Carolina Coronado.
En 1906 se abre una nueva etapa al obtener la plaza de
profesor numerario de Talla y Carpintería Artística en la Escuela Superior de
Artes Industriales de Toledo. Traslada allí su residencia y se mantiene
vinculado a la escuela hasta su muerte.
Entre sus obras destacamos Monumento a Zurbarán, 1930.
Bronce. Se realizaron tres reproducciones de la pieza, instaladas en Sevilla
(1930?), Badajoz (Plaza de Cervantes/San Andrés, 1932) y Fuente de Cantos,
donde nace el pintor al que se honra.
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Personaje homenajeado
Francisco de Zurbarán
Pintor
Fuente de Cantos, Badajoz, 1598 - Madrid, 1664
Se educó artísticamente en Sevilla, con Pedro Díaz de
Villanueva (1614), pero sin duda mantuvo con Pacheco y Velázquez relaciones
amistosas. Será para la historia el pintor monástico por excelencia,
absolutamente identificado con la pasión devota y el prodigio milagroso,
siempre visto desde un ángulo sencillo, directo, severo y cotidiano. A partir
de 1628 se establece en Sevilla donde pinta numerosísimas obras; entre ellas,
las más famosas son sus grandes ciclos religiosos para los conventos.
Habitualmente fue ayudado por un gran taller para atender la demanda de toda
Andalucía e incluso América. En 1634 hizo un viaje a Madrid, invitado
probablemente por Velázquez, para trabajar en las decoraciones del Palacio del
Buen Retiro. De vuelta a Sevilla, enriquecido su estilo por todo lo que ha
visto en Madrid, en especial las Colecciones Reales, y el trato con otros
artistas, inicia las grandes series monásticas para la cartuja de Jerez y para
el monasterio de Guadalupe, lo que configura su momento de apogeo. Desde 1645,
cuando la fama de Murillo comienza a extenderse y las modas artísticas van
variando, el prestigio de Zurbarán decae, recibe cada vez menos encargos y se
dedica a pintar más para América, industrializando su producción, a la vez que
intenta transformar su ejecutoria. En 1658 vuelve a Madrid y vive en precarias
condiciones materiales hasta su muerte.
Zurbarán fue un fiel intérprete del sentimiento monástico y
refleja la realidad de la naturaleza con asombrosa verdad y convincente
simplicidad, gustando siempre de los efectos luminosos de origen caravaggiesco
-intensos pero nunca excesivamente violentos- con objeto de obtener los valores
escultóricos de cada forma. Se mantuvo siempre dentro de la corriente
tenebrista de comienzos del XVII, ignorando la evolución decorativa barroca
según avanzaba el siglo; tan sólo en los últimos años de su vida procuró
dulcificar sus fórmulas a fin de ponerse al paso de Murillo, sin llegar a
conseguirlo. A lo largo de su obra se ve que acierta decididamente al pintar
figuras individuales, sin referencias espaciales, lo que explica también la
perfección de sus bodegones, compuestos sin complicación, con un severo rigor
geométrico. Es típico de Zurbarán, como resultado de esos principios, la
curiosa manera de presentar cada motivo, ya sean figuras u objetos, con un
aislamiento peculiar de las escenas, a veces incoherente, aunque ejecutado con
la misma minuciosidad, precisión y cariño, tanto las partes fundamentales como
los modestos detalles de naturaleza muerta (Luna, J. J.: El bodegón español en
el Prado. De Van der Hamen a Goya, Museo Nacional del Prado, 2008, p. 167).|
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Enlaces consultados
https://dbe.rah.es/biografias/35705/aurelio-cabrera-gallardo
https://historiasdebadajoz.blogspot.com/2018/01/las-estatuas-de-zurbaran-de-aurelio.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Aurelio_Cabrera_Gallardo
https://excursionesextremadura.es/plaza-cervantes-badajoz/
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